Me gusta escucharte, escuchar tu voz, tan dulce, tan firme. Adoro ver como me miras, con esa sonrisa pícara que desvela tu locura. Sé que me quieres aunque no salga de tu boca. Y sé que te quiero, que te amo, porque me miras y los pelos de los brazos se erizan, cuando tu piel roza la mía un cosquilleo revuelve mi estómago y siento que todo desaparece y solo existes tú.