Sobresalto, te despiertas en mitad de la noche, y te das miedo. ¿Qué es lo que ocurre cuando toda tu paciencia se empleó en una sola persona? Que te conviertes en una hija de puta. Después de la experiencia te ves con el poder de ver en cada hombre un precio puesto, el precio que debe pagar por haber hecho sufrir a alguien alguna vez. A tu cuerpo lo atrapa la venganza, el atrevimiento, la seducción, la sed de justicia, y no eres ninguna super mujer, ni siquiera eres una mujer, pero debes aprender que quien manda, es quien cree que manda, quien impone sus normas desde el momento antes de la colisión de cuerpos, pero eres dueña de la situación, porque él, pequeño ser detestable, cree que es su atractivo, su olor, su sonrisa, su semblante, lo que te ha llevado hacia él, cree que te embelesa, que te engatusa, y lo único que debes saber hacer tú, es aniquilarle su sed de lujuria sin complacerle.